sábado, 31 de marzo de 2007

ENLACES A DESMOND MORRIS Y "EL MONO DESNUDO"

Sobre Desmond Morris en Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Desmond_Morris

LA OTRA METAMORFOSIS DE GREGORIO

La novela de Luis Landero Juegos de la Edad Tardía, significó la reaparición de una serie de tradiciones literarias españolas, tamizadas por un estilo moderno: la picaresca, la novela realista del XIX, la ironía Quevedesca, el esperpento de Valle-Inclán, etc. Es, no obstante, una novela densa con una estructura narrativa y temporal ciertamente compleja, lo cual se potencia mediante un lenguaje exhuberante, lleno de subordinaciones, saltos en el tiempo, flash-backs dentro de flash-backs, que nos exige un pequeño pago o esfuerzo en sus páginas iniciales. En este sentido, me gustaría insistir en algo que ya he mencionado en varias ocasiones: la literatura no nos da siempre lo que esperamos de ella, y nos obliga a elevarnos hasta su altura. Como escribió Kafka, si lo único que esperamos o queremos de los libros es que nos hagan felices, nosotros mismo pordríamos escribir ese libros. Es por ello, que la complejidad de la novela de Landero, supone un handicap que hay que superar si se quiere penetrar en ella, pues no es un libro que se deje hacer facilmente en sus inicios.

Sin embargo, el contenido de la novela presenta un argumento cuyo interés creciente nos va absorbiendo paulatinamente, pues la situación se agudiza y alcanza una tensión propia de un thriller. Pero quizás su mayor valor estribe en la capacidad de Landero para aglutinar una historia triste y patética (la infelicidad de un personaje que desprecia su vida y sueña con ser lo que no es) con una visión irónica que produce la sonrisa y la risa en el lector a pesar del dramatismo patético de la situación; en este sentido, es la distorsión propia de los espejos del callejón del gato valle-inclaniano la que preside el enfoque de esta España de la dictadura, cutre, oscura, gris, mdiocre, poblada por personajes y entornos disparatados (El tío kioskero, la suegra, la tertulia y los intelectuales, Requena y Belson, Gil, el propio Gregorio), como la situación en la que desemboca el protagonista. Es un tema universal, la lucha interna de todo hombre entre su vida real y su vida deseada, soñada; la felicidad y la infelicidad. En este caso, Gregorio Olías encuentra a quien le estimulará y empujara a abrir las puertas de sus anhelos con todas sus consecuencias.

La metamorfosis de Gregorio (otro Gregorio y otra metamorfosis) lo arrastra por una pendiente que cambiará su vida para siempre, perdiendo familia, amigos, trabajo, y dejándolo tan sólo con su otro yo, y con la única persona con la que comparte (engañosamente) su fantasía.
Es de mención la escena del "asesinato" en la pensión, que guarda un paralelismo notable con una escena de la metamorfosis kafkiana; como así mismo, la persistencia de Gregorio en la mentira cuando, como señalo Javier en la reunión, ni siquiera abdica de su farsa ante el único personaje que, como el autor, parece saberlo todo de Gregorio; me refiero a Don Isaías, "el Diablo". El desenlace, tras una odisea tan disparatada como distorsionada por el absurdo y la confusión, no podía sino encontrar su propia lógica disparatada y absurda: el encuentro con Gil, y la unión de ambos en la memoria del ser que los arrastró a ambos: Faroni.