sábado, 18 de julio de 2009

UN LIBRO DE CABECERA PARA NIÑOS MAYORES.



Encantador. Este es el adjetivo que merece el libro de Antoine de Saint-Exupéry. Un libro que destaca de entre el resto de la producción del autor por su carácter onírico, simbólico. No parece baladí que lo escribiera tras un aterrizaje forzoso en el desierto, donde tuvo que pasar (junto con su compañero) varios días con escasez de alimentos y sólo algo de vino por bebida. La dureza de las condiciones les provocaron alucinaciones. Y este libro tiene el sesgo de estar escrito como una iluminación, un relámpago conciso que bajo la forma de un cuento explica de manera comprensible el ABC básico de como afrontar la vida. Aunque siempre se haya tratado de etiquetar esta lectura como infantil, lo cierto es que es un libro que leído con el tiempo resulta mucho más clarificador. Su sencillez aparente esconde una sabiduría básica pero de un sentido común irrebatible. Y por encima de todo, lo que me parece que hace de él un libro a tener en cuenta es que es encantador sin ser ñoño, y que se puede leer varias veces a lo largo de la vida, extrayendo siempre algo.

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