domingo, 24 de mayo de 2009

PRIMERA PARADA EN EL TRAYECTO DEL CIRCULAR 07.

Los asistentes a esta primera reunión en la que tomamos el pulso a la lectura del mes, manifestaron en su mayoría su perplejidad y, digámoslos, desagrado, respecto a la lectura de Circular 07. Maticemos. Humberto explicaba que había disfrutado con pasajes que le parecían brillantes y que le provocaban la sensación o el deseo de seguir profundizando en ese mismo sentido, pero se encontraba con que el pasaje terminaba brúscamente dando paso a otro pasaje totalmente distinto en forma y contenido, lo cual le producía una sensación desagradable; la imagen sería como viajar por una autopista llena de badenes. En un sentido similar se expresaron Eduardo y Conchi. Manuel enunció una serie de cuestiones que por un lado explican el rechazo del lector tradicional, es decir, el acostumbrado a una narración con un desarrrollo lineal, una fluidez notable y sin interrupciones, estructuras convencionales de argumento, nudo y desenlace; y por otro lado, propuso nuevos posicionamientos respecto de esta literatura fragmentada y sincopada para permitir que el lector disfrute de su lectura. La correspondencia sería algo así como ver la televisión y hacer zaping cada cierto tiempo de una manera aleatoria. Por tanto, Manuel propone una lectura no lineal del libro, sino una lectura aleatoria, saltando atrás y adelante según el capricho del lector. Tanto más oportuno en este caso, en el que no parece entreverse ninguna intención en la disposición de los fragmentos que componen el caleidoscopio textual de formas y contenidos múltiples encerrados en el círculo de la ciudad.

De esta reunión se desprenden una serie de cuestione que, estoy seguro, serán muy interesantes para plantearle al autor, en torno a las estructuras narrativas, la fragmentación, la convivencia contigüa de géneros y estilos, etc. , en fin, que aunque una lectura no nos agrade (lo cual no tiene por qué ser una condición), siempre, siempre, aprenderemos algo, y esto tenemos que tenerlo siempre muy presente, porque a veces no es el fin del acto el placer, sino el conocimiento de lo diferente, la ampliación de nuestros límites mentales, al menos, por un tiempo y en un caso determinado, aunque luego cada cual vuelva a sus coordenadas favoritas.

domingo, 17 de mayo de 2009

VICENTE LUIS MORA ESTARÁ EN EL CLUB DE LECTURA. VIERNES 5 DE JUNIO DE 2009.




Vicente Luis Mora (Códoba, España, 1970) es Director del Centro del Instituto Cervantes en Alburquerque (New Mexico, USA). Licenciado en Dercho y con estudios en Filosfía Pura, realiza en la actualidad su doctorado en Literatura Española Contemporánea, con una tesis sobre disolución del sujeto en narrativa y poesía. Ha publicado el libro de relatos Subterráneos (DVD, 2008), la novela en marcha Circular 07. Las afueras (Berenice, 2007) y los ensayos Singularidades. Ética y poética de la literatura española actual (Bartleby, 2006), Pangea. Internet, blogs y comunicación en un mundo nuevo (Fundación José Manuel Lara, 2006) y La luz nueva. Singulariddes de la narrativa española actual (Berenice, 2007). Asimismo, ha publicado varios poemarios, el último de los cuales es Construcción (Pre.Textos, 2005). Su última publicación es Pasadizos. Espacios simbólicos entre arte y literatura (Páginas de Espuma). Ejerce la crítica literario en revistas como Ínsula, Quimera, Mercurio, Archipiélago, Clarín y Cuadernos del Sur. Ha recibido diversos premios en narrativa, poesía y ensayo y está seleccionado en más de 30 antologías de verso y prosa. Su blog (enlazado en este otro) es un referente en la web para los amantes de la literatura y la cultura en general.

lunes, 11 de mayo de 2009

DISEÑO ITALIANO DE INSPIRACIÓN JAPONESA.

Seda, suave como la seda, no fué del todo el debate, porque al contrario de lo que su título inspira, el libro de Baricco genera, generó y generará dialécticas encendidas en todo foro donde se hable de él.


Mi experiencia personal con este libro es ejemplo de la misma confrontación generalizada de opiniones. Cuando lo leí hace unos años, me encantó a todos los niveles. Cundo lo he vuelto a leer, me ha parecido un yogur light. Qué ocurre con Seda.


Formalmente me encanta, es de una fluidez en su sintaxis, tan poético el sonido interior de su prosa como "música blanca". Esos capítulos tan cortos, como una especie de haikus orientales. Tan bellas sus descripciones, tan singulares sus personajes. Tan agradable en general. Dicen que leída en francés es aún más poética que en su lengua de origen, el italiano.

La historia es la historia de una seducción. Un hombre casado, de carácter pasivo y pusilánime, descubre en un viaje de negocios a Japón a una mujer de rasgos no orientales que lo seduce de inmediato. Se establece una relación no carnal entre ambos, pero sí obsesiva, al menos para el protagonista. Dos de los personajes secundarios más importantes de la trama, el empresario y la esposa del protagonista, sospechan algo. El nudo se alcanza cuando a pesar de las condiciones de guerra en Japón, el protagonista insiste en volver a viajar allí, sin necesidad, para seguir con el negocio de la importación de huevos de gusano, aunque en realidad su motivo secreto es volver a ver a la extraña joven de sus pensamientos. El desenlace es ciertamente inesperado, pues es la esposa del protagonista la que se revela como la interventora en una trama en la que una carta parece poner fin a las ansiedades del hombre en cuestión. No es pues, una historia épica, sino un asunto de carácter romántico, íntimo, casi anecdótico, una seducción en el sentido más probable que nos enseña Baudrillard en su magnífico De la seducción.

Mientras miles de lectores en Europa y el resto del mundo han disfrutado y aclamado Seda como un libro extraordinario, otros tantos lo han criticado como producto superficial, con un forma muy cuidada y un descuidado o ausente contenido. Seda no muerde, al menos en el sentido en que muerde Kafka, o Musil, o Cortázar o McCarty. Más bien acaricia, y lo hace como describe su prosa la caricia de la seda, era como si tuvieras la nada entre las manos. Esa es la sensación más exacta con la que puedo describir mi última lectura de este libro, algo tan sutil y liviano, tan transparente y vacío. Como un polo de hielo, refresca y no alimenta, no engorda. No se puede ser severo con Seda. También hacen falta este tipo de productos, aunque sean más diseñados que escritos.